martes, 5 de noviembre de 2013

Pontificia Universidad Católica de Puerto Rico
Escuela Graduada de Educación
Recinto de Ponce








EVALUACIÓN DEL CURSO EN LÍNEA
Doctora Sol León León, E.d.D
GRED 802
Sección: 001







Sonia Esther Cedeño Aponte
Número  de estudiante: A00066155

Consumo tecnológico y educación tecnológica: fundamentos filosóficos para un proyecto futuro
      El artículo Consumo tecnológico: fundamentos filosóficos para un proyecto futuro, Fernando Tula Molina presente cuatro conceptos que se deben considerar para reformar la educación en tecnología con el objetivo de orientar el rumbo en la construcción colectiva de relaciones más equitativas y participativas entre innovación y tecnología incluyendo las metas sociales.
       Según el estudio nuestra sociedad es la base capitalista transitan de modo cada vez más acelerado hacia una cultura de escasez.  Se plantea además la importancia de ampliar crítica y colectivamente los desafíos que aparecen en el desarrollo económico y productivo acelerado, facilitado por el conocimiento tecnológico y sus prácticas asociadas.
        Según Fernado Tula, este trabajo pretende enfatizar la importancia de ampliar la conciencia sobre las practicas individuales y colectivas de consumo a través de la educación sobre la necesidad de implementar un currículo en innovación tecnológica que permita acompañar y contextualizar el valor de las innovaciones tecnológicas en los diversos entornos sociales, además este pretende una mayor conciencia colectiva posibilite y una participación ciudadana mayor, tanto política de la comunidad, consumidores como de las comunidades de afectos sobre los diferentes caminos y posibilidades tecnológicas abiertos por vías de la innovación.
      Según el autor de este estudio tiene que contribuir a la vida democrática, entonces el problema puede plantearse en los términos en los que hizo el antropólogo chicano Renato Rosaldo, que se preguntaba qué debería contar como conocimiento y pensamiento crítico en las educaciones futuras generaciones y cómo preparar a los estudiantes para que  ingresen al mundo cambiante y multicultural del próximo siglo.
       Para Fernando Tula, un proyecto de educación tecnológica debería trabajar con estas preguntas para contribuir a salir de la obviedad de la mera información sobre el aumento de nuestras capacidades tecnológicas como discurso de base del consumismo tecnológico y de la legitimación de sus conocimientos.
       El objetivo general de un proyecto de educación en tecnología no se debe confundir con el control sino con la responsabilidad para alcanzar un ejercicio mayor de responsabilidad colectiva, avanzar en el plano simbólico y social donde se articulen las identidades, reclamos y valores de las responsabilidades de las instituciones.
       Dice el autor que el marco general de tal proyecto tomarse del economista Bengali A. Sen, (premio nobel de la economía en 1998) para quien la economía del desarrollo y la ética deben discutirse de modo conjunto si aspiramos a una concepción integral de fortalecimiento humano y social;  “la capacidad de atesorar” y la “aptitud de las personas para transformar esos bienes y calidad de vida.
       En los elementos para un nuevo diagnostico dice Fernando Tula apoyado en lo que dice C. Castoriades que se abre una encrucijada histórica que conduce hacia el agotamiento y perdida de las significaciones históricas y sociales, desembocando en la apatía, la irresponsabilidad y el cinismo, dejando el rumbo al supuesto control racional propuesto por la tecnoconciencia  autónoma, ligada a la producción en sentido capitalista, y a la exposición ilimitada del consumo por el consumo.  El segundo camino a la transformación del actual, debe ser creado social y políticamente hacia un proyecto de autonomía tanto individual como colectiva. Se argumenta al respecto un proyecto de educación en tecnología debería ofrecer elementos para reflexionar sobre nuestras prácticas, más allá de lo que “reflejan las encuestas” y las campañas publicitarias.
       Comenta Fernando Tula,  en sus estudios sobre Bourdieu y Foucault que si queremos que la educación contribuya a generar ciudadanía democrática, entonces debemos acordar en lo legitima nuestras decisiones no es el contenido, sino el a ver sido tomadas de modo colectivo.  La educación contemporánea de la tecnología y la educación.  El filósofo A. Feenberg habla de la relación que existe entre las acciones públicas en la esfera técnica, este concepto se basa en una concepción de la sociedad diferente a las de las sociologías funcionalistas ortodoxas y la teoría clásica de los sistemas.
       Dice Feenberg (2002) que desde el punto de vista de la filosofía de la tecnología y la idea de “código técnico” cuestiona los conceptos ortodoxos de “determinismo” y de neutralidad tecnológica constituyéndose en el pie de apoyo de la teoría crítica de la tecnología.
     La ciudadanía sociotéctica según Thomas ( 2010) por R. Dagnimino en Latinoamericana ha desarrollado el concepto de ciudadanía socio-tecnica “como un aspecto central de la vida democrática en nuestra sociedades de la base tecnológica .  Este concepto coincide con lo dicho hasta aquí, pero lo amplia y lo enriquece. Concuerda con la teoría crítica en la no neutralidad de los parámetros de avances tecnológicos y la posibilidad de redefinirnos a través de las decisiones estratégicas. 
       Según este artículo está a puesta defiende la aplicación sistemática de “tecnología sociales” para realizar esta transformación en los distintos ámbitos con el fin de mejorar la equidad en la redistribución de los capitales y potencialidades, sean estos simbólicos o materiales y coinciden con Fernando Tula su afirmación final.  “Los sistemas tecnológicos sociales en este sentido una de las expresiones más claras de este derecho ciudadano.” Son al mismo tiempo la mejor vía para el ejercicio de este derecho: la forma más democrática de diseñar, desarrollar, producir, implementar, gestionar y evaluar la matriz material de nuestro futuro.
       En el contexto de implicación para Fernando Tula, el concepto de “contexto de implicación”, ante el carácter de su juicio es insatisfactorio añade además, que la relación tecnología- democracia no ha sido fácil de teorizar justamente porque muchas de sus tensiones de fondo quedaron ocultas por lo supuestos deterministas habituales que conducen a pensar que nada tenemos que hacer frente a las alternativas abiertas por la innovación. 
       La importancia, y en la actualidad diría urgencia, de teorizar e instituir democráticamente patrones para el desarrollo tecnológico reside simplemente en que la innovación no beneficia a todos por igual, sino que está ligada directamente a los modos de apropiación de los beneficios y distribución de los riesgos.
       En conclusión y según el artículo la importancia del concepto de “código tecnológico “a la hora de pensar los diseños tecnológicos en clave social, reside en considerar como un actor relevante y central a la comunidad de posibles afectados; en no menospreciar la experiencia de los usuarios  y víctimas de los sistemas tecnológicos y diversas posibilidades de implementación.
       En este sentido se cumple con el objetivo de generar una formación tecnológica socialmente más adecuada que éticamente más justa.  Con ello, se permite además, que las propias especificaciones y sentido último del diseño se beneficien por la consideración de las experiencias pasadas y sus luchas asociadas.  En la opinión de Fernando Tula, todas las áreas de diseño se verán beneficiadas, pero esto se vuelve particularmente patente en áreas como la seguridad, alimentaria toxicológica, laboral y medioambiental.
       De modo general puede decidir que existe una relación sinergia entre los cuatro conceptos aquí, en una visión amplia que considera a los estudiantes principalmente en su dimensión ciudadana pensándolo como futuros jueces, abogados, economistas, ingenieros, educadores, y etc. Bajo esta consideración se busca proporcionarles una opinión crítica e informada sobre la política tecnológica que se afectaran tanto en su dimensión humana como social.  Resulta razonable esperar que la información adquirida permita al alumno desarrollar actitudes de responsabilidad personal en relación con el ambiente natural y la calidad de vida.  Afirma Fernando Tula que este abordaje permite el sistema educativo consolide los procesos de alfabetización tecnológica con una posición activa hacia la participación de la ciudadanía responsablemente.
Referencia Bibliográfica
Molina, Fernando Tula. (2011). Consumo tecnológico y educación tecnológica:     
          fundamentos filosóficos para un proyecto futuro. Sociologías, 13(26), 154-175.  
          Recuperado en 20 de octubre de 2013.


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